LOS SERES MOLESTOS DEL PLANETA

No crean que me estoy refiriendo a las personas que se enojan por todo, para nada.  Me refiero a un grupo enorme de individuos que se han agrupado en nuestro planeta con un mismo objetivo final: fastidiar al prójimo.  Su actividad a veces me confunde porque no sé con exactitud si alguien les paga por realizar sus fechorías o lo hacen por el puritito "amor al arte", convirtiéndose así en una especie de plaga de langostas que nos invade en todos sitios y momentos.  Son gente con un afán enorme de darse a notar, cuya educación en una escala del 1 al 100 no rebasa mucho mas allá del 1.  Se les ha nombrado de diversas maneras en otras partes del mundo y en nuestro país encajarían, creo yo, en el nombre de "naco".  Y de ninguna manera me estoy refiriendo a la gente autóctona de ningún país, no, ya lo dije antes, a la gente que con su escasa o nula educación es capaz de cometer las peores aberraciones, independientemente de su raza, credo o nivel social.  Veamos cómo se clasifican:

LOS RISUEÑOS:   Uy, uy, uy, una categoría enorme.  Es la gente especialista en que  en cualquier sitio quiere darse a notar por medio de su risa estruendosa o carcajada forzada.  Tratan de hacer el mayor ruido posible y algunos llegan hasta el extremo de inventarse una singular risa, tipo cacareo de gallina; como si lograran mermar un poco su ridículo, por momentos se cubren la boca con la mano y por momentos nos enseñan hasta la muela del juicio con antigua amalgama de mercurio.  Se retuercen en su silla, hacen como que se escurren, se incorporan, se balancean hacia delante y hacia atrás, lanzan gritos como adoradores de alguna secta.
No faltan los que sueltan la carcajada mientras comen y rocían a todos los presentes con pequeños fragmentos de comida que escapa de sus bocas.
Cuando la risa se debe a que alguien está contando un chiste, se subdividen en dos bandos: aquellos que se ríen cuando no viene al caso, antes que el chiste termine y terminan atrayendo la atención de los demás que se preguntan ¿qué le sucede a este loco? Y los que se ríen muchísimo rato después que el chiste terminó y que los demás ya están hasta hablando de otra cosa.  Y ya que estamos inmersos en este tema de los chistes, me acordé de esos SERES MOLESTOS que desgracian un chiste adelantando el final o los que cuando termina el chiste, tienen que hacer toda una semblanza repitiendo las partes más graciosas y con eso ya no te dejaron oír los 4 siguientes que eran mucho más graciosos.
Los que se ríen por nada, o mejor dicho, por todo, conocidos comúnmente como "los necios".

LOS IMPUNTUALES:   Estos SERES MOLESTOS me sacan de mis casillas.  Independientemente de que para mí la puntualidad es un simple acto de respeto hacia los seres humanos y que aunque "todos los demás sean impuntuales" a mi no me agrade serlo, existe la gente que además de impuntual es desconsiderada y maleducada; veamos.
Si estoy en una función de cine a la que me preocupé por llegar temprano para comprar mis boletos a tiempo y tener un buen lugar en la fila para entrar (no olvidemos que aquí en Mérida somos fanáticos de las filas; fila para comprar los boletos, fila para entrar a la sala, fila para las palomitas, etc.) y escoger la butaca que me dé la gana, no falta el gandalla que llega tarde y como te conoce te pide que lo dejes pasar y hace comentarios como "qué bueno que llegaste y me guardaste mi lugar".  Aviso a todos mis amigos y conocidos que cuando me vean en la fila del cine NO ME PIDAN LUGAR porque no se los voy a dar, mejor lleguen temprano.
Peor aún son aquellos SERES MOLESTOS que cuando ya inició la película todavía pretenden acomodarse con toda lentitud en tu fila, te pisan, te bañan de refresco y encima quieren saludar al amigo que está atrás o hasta pedirte que les cuentes el inicio de la película.
Cuando uno llega a un salón de clase, junta de padres de familia, obra de teatro o cualquier evento que ya haya iniciado, la más elemental educación nos dice que entremos ¡¡EN SILENCIO!! para no interrumpir, pero ¡¡ah no!! Hay SERES MOLESTOS que confunden la educación e interrumpen a la persona que está hablando para decir "buenas tardes" a toda la audiencia como si esto fuera una muestra de su enoooorme educación. ¡Eso es ser caradura!

LOS APLAUDIDORES:   Estos SERES MOLESTOS son los que serían felices viviendo dentro de algún programa de Televisa en el que le encienden a la gente avisos luminosos que dicen "aplausos".  Los aplausos en primer lugar son una manera de reconocimiento a alguna labor desarrollada con calidad, pero hay gente a la que le gusta aplaudir por todo y a todos o no saben distinguir la calidad de lo común y corriente.  El aplauso es como la propina para un mesero, si no te gustó algo, no es obligación otorgarlo.
¡Qué pena ajena me da ir en un avión y que la gente le aplauda al piloto! ¿por qué? Si es su trabajo aterrizar el avión sin sacudirnos, ¿o a la cajera del super le aplaudimos cuando nos atendió con amabilidad?
Hay gente que no sabe que en una obra de teatro NO se aplaude entre un acto y otro, sino hasta el final de la presentación o en un concierto tampoco se aplaude entre un movimiento y otro, eso se considera interrupción y signo inequívoco de poco roce y pobre educación.

LOS ENEMIGOS DEL SILENCIO:   ¿Será que a estos SERES MOLESTOS no se les puede parar la lengua ni en los lugares donde deben permanecer callados?  O tal vez no se han dado cuenta que en el cine, en las juntas, en las conferencias, etc. no se platica.
Si alguna vez estando en el cine escuchan un prolongado ssssshhhhh!!!!!, ¡¡SOY YO!!, porque no tengo el menor empacho en callar a los conversadores que no dejan concentrarse en la película.
Y ya que hablamos de cine, no faltan los que con su patita te están empujando el asiento o las señoras inconscientes que llevan a su bebé recién nacido a la función y se pone a berrear en la parte más interesante de la película.  Su argumento es que no tienen con quien dejarlo en casa, muy sencillo, ¡que no vayan!
Mención aparte merecen aquellas personas cuyo celular suena en medio de un lugar público que requiere concentración y silencio como los que mencionamos arriba.  Para mí, las justificaciones son muy escasas: médicos y padres que han dejado a sus hijos al cuidado de alguna nana y surge una emergencia, pero hasta para eso hay que tener tacto y contestar rápido y salirse del lugar a terminar la llamada, pero ¡ah no!, hay las clásicas viejas que le están explicando a su cocinera cuánto rábano le debe poner al frijol con puerco o los chamacos inmaduros que platican con el amigo en medio de una función, ¡inaudito!, eso se llama tener escasez de progenitora.

LOS APROPIADORES DE ASIENTOS:  Estos me encantan, son fabulosos y capaces de cualquier cosa por ganar un asiento.  Se les reconoce por ser impacientes y se llevan por delante a cualquiera para conseguir el lugar, se arrojan de distancias considerables a su principal objetivo: ASIENTO.
En el cine por ejemplo (y dale con el cine) los ves entrar corriendo por los pasillos, lanzar su bolsa, su suéter y hasta su zapato para apartar los asientos.  Si un niño llegara a atravesarse en su camino a la meta, que se agarre porque lo embisten como aplanadora.  Los SERES MOLESTOS apropiadores de asientos actúan también en los restaurantes; si el sitio está lleno y ven que estás a punto de desocupar la mesa, se paran junto con toda la familia, muy cerca y con la mirada clavada sobre tu café y tu postre para ver si ya lo vas a terminar y te vas.  Hay los más descarados que se atreven hasta a ocupar alguna silla vacía ¡en la misma mesa! mientras terminas de comer o te traen la cuenta. Y se preguntarán, ¿qué hacer en estos casos? pues pedirle al intruso que se levante y ordenar más café y quedarse una hora extra para que rabien.
Hay otras técnicas de estos SERES MOLESTOS, por ejemplo, en lugares donde existen butacas corridas o gradas y entonces utilizan el método de "acorralamiento progresivo con asfixia".  Se trata de ir apropiándose del asiento poco a poco, empujando con el cuerpo y ganando algunos centímetros a la vez hasta hacer que el dueño del lugar se levante.  Hay los que se dejan, como mencioné y se levantan y hay los que se quedan para servir de almohada o recargadera al que ganó el asiento.

LOS ALAMBRISTAS Y EQUILIBRISTAS:   No, para nada me estoy refiriendo a aquellos que trabajan en el circo y cruzan en las alturas caminando sobre un cable, no, para nada.  Son los SERES MOLESTOS que se encargan de molestar al prójimo realizando caminatas, volteretas y caminitos de la muerte, por ejemplo: la señora gordita que entra a un lugar donde se realiza algún evento informal y la gente está sentada en el suelo.  Ella llega, por supuesto cuando ya inició el espectáculo y detecta a un conocido que se encuentra sentado al otro extremo de la entrada y éste le hace una seña para que se acerque y es cuando comienza la hazaña.  La señora va metiéndose entre la gente, con toda su familia por supuesto, pisando las manos de algunos niños, despeinando gente, tropezando con las bolsas de los demás y llega al lugar donde está su conocido.  Se saludan y, además, empiezan a platicar de algo así como: "Y; ¿a qué hora se quitaron anoche de casa del compadre?" y para cerrar con broche de oro dice: "¿Y si nos sentamos acá con ustedes?".  Para todo esto, el lugar vacío mide aproximadamente 40 centímetros y ¡ahí pretende acomodar sus 118 kilos y a toda la familia!  Por supuesto, la susodicha sigue parada, tapándole a todo el mundo  y cuando se da cuenta que de plano no caben, emprende el regreso a donde estaba repitiendo todo el proceso de pisar, despeinar y tropezar.

Los SERES MOLESTOS del planeta no tendrían cabida en cientos y cientos de páginas,  faltan muchísimos, pero quise mencionar a los más célebres, en mi opinión.

REGRESAR