El Monumento a la Bandera
Este bellísimo
monumento que nos pertenece a los yucatecos y que se ha vuelto tan cotidiano
para nosotros, es una verdadera obra de arte porque contiene simplemente
toda la historia de nuestra patria grabada en piedra de cantera rosa.
Cuantos de nosotros pasamos por ahí varias veces al día y
jamás nos hemos bajado a admirar todos los detalles que contiene
y cuantos de nosotros no sabemos absolutamente nada de este monumento.
Bueno, pues
comencemos enterándonos que el monumento es obra del escultor Rómulo
Rozo, nacido en Chiquinquirá, Colombia, en 1899. Rozo fue
agregado cultural de la embajada de Colombia en México y por esa
época, en 1943, fue contratado para esculpir en el frontis de la
oficina de la CFE de Chetumal la imagen del dios azteca Tochancalqui.
Cuando ese edificio fue traspasado al gobierno del estado de Quintana Roo,
el friso se trasladó a la ciudad de Mérida y es el que se
encuentra a la entrada de la oficina de atención al público
de la CFE.
Fue entonces,
1946, cuando el gobierno de Yucatán contrató a Rómulo
Rozo para esculpir este monumento que se inauguró en 1956.
En 40 metros de diámetro y 10 de altura, el monumento contiene la
historia de México, desde la fundación de Tenochtitlán,
hasta la primera mitad del siglo XX, albergando en total a 155 personajes
nuestra historia. En el frente de la escultura se encuentra la figura
principal, de 14 metros de altura con faz rasgos mestizos, mirando
hacia el sur, llevando en su seno el fuego sagrado de la vida.
Esta imagen
de la Patria lleva un collar de jade del que cuelga un pectoral en forma
de caracol; su pecho está cubierto con una cota decorada con serpientes
emplumadas, que, junto al dije del collar, sugiere el origen marino del
pueblo de los itzaes. Debajo de las manos, adornadas con brazaletes, y
sosteniendo un portaestandarte, se observa el escudo de la ciudad
de Mérida, y más abajo, la típica choza resguardando
la llama votiva. Circundando dicha imagen, una alegoría de ofrendas
representan los frutos de la tierra, el producto del trabajo de los artistas,
en mano de doce deidades que representan a cada una de las bellas artes
y de los oficios del mundo prehispánico. Rematan el conjunto central,
a ambos lados de la cabeza de la imagen de la Patria, dos figuras fantásticas
mitad pez y mitad ave, que representan la soberanía sobre los cielos
y los mares territoriales. En la parte inferior, dos caballeros tigres
provistos de flechas postrados en tierra protegen el fuego sagrado, representando
las fuerzas armadas de nuestro país.
Rómulo
Rozo murió aquí mismo, en Mérida, el 17 de agosto
de 1964 y sus restos fueron depositados al pie del monumento que esculpió
tan solo con un cincel por mas de 10 años.
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