Creo que una de las cosas por la que somos mas famosos
los yucatecos (aparte de la cabezota) es por nuestra comida, tan grasosa,
tan elaborada, tan condimentada, tan pesada... pero ¡tan exquisita!
Es un hecho que la comida mexicana y, en este
caso, la yucateca, se enriqueció después de la llegada de
los españoles a nuestras tierras pues originalmente la alimentación
básica de los mayas era de maíz, frijol, chile, calabaza,
y las carnes que se consumían eran de guajolotes y perros.
Jamás usaban grasas o aceites, desconocían las frituras,
y tomaban sus alimentos únicamente crudos, asados o cocinados (o
sea que la gordura se la debemos a Hernán Cortés).
Bernal Díaz nos cuenta en su verdadera historia de la conquista
que a Cortés: "Le habían llegado cerdos y vino." para
un banquete en el que iba a celebrar con sus capitanes una de sus victorias.
Con esto y con aquello se fue creando el mestizaje
gastronómico en el que fueron muy importantes también los
religiosos -franciscanos, dominicos, agustinos, carmelitas, etc., cultivando
en sus hortalizas y huertos lo mexicano y lo español.
Mas adelante, la Península de Yucatán
fué considerada una tierra de difícil acceso y muy lejana
del resto de México, por lo que se encontraba relativamente aislada
del resto del país, pero unida por sus puertos con Europa, especialmente
Francia, Nueva Orleans y Cuba, y los yucatecos fueron influenciados en
muchos aspectos por estos lugares, incluyendo su comida.
Definitivamente no hay nada como disfrutar de
una exquisita cohinita pibil (enterrada desde luego, como el término
"pibil" lo indica), un rellenito negro, los salbutes, los panuchos, un
queso relleno e infinidad de comidas más, pero, por favor, cocinada
por yucatecos, porque luego hay cada invento...