LAS BODAS Y LOS XV AÑOS
LAS BODAS
Como en esta edición
cierro el tema de las fiestas, no voy a hablar de toda la preparación
que una boda implica, sino solamente la fiesta, que es nuestro tema.
Bueno pues, después de haber terminado la ceremonia religiosa, todos
empapados de sudor por el clima que nos toca vivir, los novios, como
se usa actualmente, corren al coche para que nadie los felicite y los atrase
en la iglesia y se colocan a la entrada del salón donde se ofrecerá
la recepción para allí ir recibiendo los abrazos de familiares,
amigos y colados. Abrazan a tanta gente que les dice "felicidades",
que luego ya ni se acuerdan quien los felicitó y quien no.
Los invitados, cuando
llegan a la fiesta, lo último que quieren es hacer cola para felicitar
a los novios, porque no falta la prima que abraza a la novia por mas de
10 minutos poniéndose a recordar con ella todas las travesuras que
vivieron juntas en la infancia y a llorar (como si a la prima se la estuvieran
llevando al matadero, ¡y solamente se casó!).
En fin, entonces ubicamos nuestra mesa, que jamás será de
las que están pegadas a la pista, a menos que seamos hermanos de
los novios, porque esas tienen el clásico cartelón que dice
"reservado" y nos sentamos, no sin antes odiar interiormente a quienes
se van a ubicar en esas mesas. Quiero aclarar antes de continuar,
que por más exitosa, espléndida y planeada que sea una boda,
SIEMPRE va a ser criticada por alguien (como yo), es como un síndrome;
el caso es que el mesero nos pregunta qué vamos a tomar, etc., (y
es clásico que nunca hay la bebida que acostumbramos tomar y al
naco le sale lo naco y pide la mas cara) traen la botana de moda actualmente,
los "musses" de nuez, de atún, etc. con galletitas y justo en el
mejor momento de la plática en la mesa, cuando además tenemos
la boca llena de comida, aparece un personaje odioso en todas las fiestas:
el cuate del video, con una luz que nos deja ciegos y nos derrite el maquillaje,
alumbra a la cara de los invitados y es entonces cuando todos se comportan
de la manera mas fingida posible, porque les están tomado video.
Alzan las copas para brindar por los novios, terminan de masticar el bocado
con toda discreción y siempre, invariablemente, le comentan algo
en secreto a la persona de al lado. Durante el teimpo que se queda
el hombre del video en la mesa, nadie prueba bocado ni bebe nada para no
descomponer su imágen que quedará para la posteridad.
Entre baile y baile, llega
la hora de la cena, que a veces se sirve muy tarde, porque los novios saben
que los invitados solo esperan, la mayoría de las veces, que se
sirva la comida para irse a su casa y después de tanto esfuerzo
y gasto, pues no se vale, ¡ya gastamos!, así que retardan
la comida para que dure la fiesta. Y lo clásico, en el momento
que uno está cenando de lo más a gusto, se acercan los papás
de la novia (que son los que pagaron la fiesta) y peregrinan de mesa en
mesa, para saludar y preguntar -"¿Los están atendiendo bien?"-,
me encanta la pregunta, porque aunque te estén atendiendo mal, nadie
sería capaz de decirlo, nadie se va a atrever a abrir la boca y
contestar -"Pues la verdad, señora, ahora que lo pregunta, el mesero
se está tardando mucho con la botana y le pone poco hielo a las
bebidas"- o sea, nadie va a hacer ese papelón, así que la
pregunta sale sobrando. Cuando los papás de la novia, por
fin, se van, nos dejan con la cena helada, pero comible todavía
y, ya sabes, con los menús que se han transformado al paso de los
años, antes en todas las bodas te daban el clásico menú
yucateco, sangüichón de "las Medina", pavo rebanado, pierna
rebanada, ensalada de manzana y un cuernito, pero ahora que los tiempos
han cambiado (¿estaremos perdiendo nuestra identidad?), lo nuevo
es pechuga rellena de jamón y queso, "musse" de betabel (que al
día siguiente cuando vas al baño te da un buen susto hasta
que te acuerdas que cenaste betabel) y verdura al vapor.
Se me olvidaba mencionar
que la mamá de la novia siempre tiene un clásico atuendo
de "mamá de la novia", con su horrible peinado de salón,
con un montón de spray o laca y su vestido de encaje, casi siempre
color huayita o aguamarina, clásico, y sus zapatos que mandó
a forrar del mismo color que el vestido.
Antes del postre, de pronto
aparece ¡el fotógrafo del diario! y todo el mundo se achoca
para salir en la foto de la reseña de la boda; y aquí viene
mi parte favorita, cuando todos comienzan a dar sus nombres para que anote
el fotógrafo y dan sus 3 nombres, con sus dos apellidos de soltera
y los dos del marido, ¿qué onda? y luego lees algo como esto:
"María Paola de las Mercedes Mier y Terán Cámara de
Cuevas León..." uf, uf, uf, hasta quemé calorías leyéndolo.
Como dije anteriormente,
hay gente que casi, casi con el último bocado en el cachete se levanta
y se va y el salón de la fiesta queda a la mitad de su capacidad
con los que son realmente fiesteros y trasnochadores y esperan la llegada
de la "cochinita" para la madrugada; bailan dos o tres veces la canción
de moda para la época, con los pasos que estén de moda y
así queda demostrado quienes son los que bailan seguido y quienes
los que mejor deberían de sentarse. Nunca falta también
el "viejito energético" que no se mueve de la pista y brinca y salta,
dándole gusto a los comentaristas que se la pasan diciendo -"¿ya
viste a Don Albertito que no ha parado de bailar un minuto? ¡qué
energía! ojalá cuando lleguemos a su edad estemos así..."-
En fin, sigue la fiesta
con los dulces de almendra que no pueden faltar en una boda y las clásicas
"paisanas grandes" que se llevan algunos (o muchos) dulces en su bolsa,
¡no miento, lo he visto cientos de veces! y además se llevan
también las flores que sirvieron de centro de mesa, -"es una lástima,
si lo van a tirar"- dicen , los novios se despiden de sus mas íntimos
porque ya les urge irse (¿?) y dejan tras de ellos todos los clásicos
comentarios de una boda -"...qué lindo está su vestido"-,
-"...estaba más bonito el de su hermana Valeria, pero claro, el
novio tiene mas dinero"-, -"...qué guapo se ve el novio, dicen que
es de las mejores familias de México"-, _"¿Sabías
que el novio es primo hermano de Emilito Azcárraga?, por eso fue
su testigo y dicen que les regaló un "mercedes" de regalo de boda"-,
-"Bueno, así cualquiera..."-,-"...a mi la verdad la comida no me
gustó mucho, la verdura estaba un poco crudita"-, bla, bla, bla,
etc., etc., etc.
La crónica en el periódico:
Enlace Arrigunaga Goff-Ailloud – Romero de Terreros Diez-Barroso
Ayer por la noche, en la
Iglesia de Nuestra Señora de Líbano (la
cual escogen los novios porque tiene aire acondicionado y no por otra cosa),
engalanada de lirios orientales, gladiolas, margaritones y pompones (me
encanta el nombre de esta flor), se unieron
en matrimonio los jóvenes Emiliano Romero de Terreros Diez-Barroso
(porque
todos los huaches de alcurnia tienen nombres de personajes de la historia
de México) y Valentina
Arrigunaga Goff-Ailloud (y en todas las familias
de la “casta divina” siempre hay una Valentina)pertenecientes
a conocidas familias del Distrito Federal y esta ciudad. (al
decir conocidas familias nos dicen que no son cualquier hijo de vecino)
La novia, quien llegó
hasta el altar del brazo de su tío, Sr. Patricio Arrigunaga
Díaz, lució un traje de corte princesa y satín italiano
bordado, con aplicaciones de perlas cultivadas,
(bla,
bla, bla, ¿a quién le importa?)
cintilla de seda, tocado con aplicaciones de pedrería, velo de tul
ilusión (¿se han fijado que
siempre es "ilusión"? ¿no será la marca del tul?)
y ramo de rosas blancas naturales.
(ahora
eso es lo chic, las flores naturales)
Actuaron como pajes los
niños (y aquí viene una lista
de 35 niños que me voy a permitir omitir por razones de sanidad
mental).
Impartió la bendición
nupcial Mons. Emilio Carlos Berlié Belaunzarán, arzobispo
de Yucatán (uy, uy, uy, eso significa
que alguno de los dos novios es bieen picudo y está bien colocado
en la iglesia, por lo cual tiene asegurado el cielo) y
el Pbro. Alvaro García Aguilar (si
la novia es de la casta divina entonces le toca García, si es "paisana"
le toca Montañéz), y apadrinaron
a los contrayentes por la novia, su tío, Sr. Arrigunaga Díaz,
su madre, María Leticia Goff-Ailloud Cámara viuda de
Arrigunaga; y por el novio sus padres Maximiliano Romero de Terreros González
de Cossío y Carmen María Diez-Barroso Azcárraga(estoy
agotada de leer tanto apellido). Armonizaron
la ceremonia la soprano Leonela Godínez, el coro de los niños
cantores del Country Club y la orquesta de cámara del maestro Josefo
López.
Terminada la misa se ofreció
una recepción en el salón del Club Campestre en honor de
los recién casados quienes salieron de luna de miel a Houston, Las
Vegas, San Francisco y Yellowstone (de nuevo,
who cares, who cares, who cares?).
El 29 de junio pasado
se efectuó la boda civil en la Hacienda Xcanatún
(de
super moda las haciendas). Firmaron
el acta como testigos por Valentina, sus hermanos Osvaldo y José
María y por Emiliano su hermano Porfirio y los señores Emilio
Azcárraga Jean y Alberto Bailleres (si
hay parientes o amigos poderosos o famosos, segurito son testigos).
La novia también
es hija (chin, ya se nos andaba olvidando)
del Sr. Osvaldo Arrigunaga Díaz (q.e.p.d.) (esto
es para aclarar que de ninguna manera la señora es divorciada, sino
una resignada viuda).
LAS QUINCEAÑERAS
¿A poco no todas las quinceañeras que salen en el periódico tienen cara de que están en la lista de "los mas buscados del FBI"? No me digan que soy cruel, es la pura verdad porque todas son todavía chamaquitas, a fin de cuentas, de quince años, que por un dia quieren maquillarse y vestirse como las viejitas de 75 años que se ponen las plastas de maquillaje en la cara. Como les ponen siempre en las crónicas de "sociales", fulanita de tal, que ha llegado a la "edad de las ilusiones..." ¡gulp! ¡qué cursi, por dios! cuando muchas de ellas ya dejaron hace mucho las "ilusiones" y tienen un colmillo tamaño elefente. También se usa mucho el término de "es su presentación en sociedad..." chale, chale y mas chale, en fin, como estábamos diciendo, en todas las esferas sociales se cuecen habas y los padres de la quinceañera gastan un dineral en hacerle la fiesta a la chavita porque hay que contratar el salón, la comida, la música, pagar a quien les va a "poner el baile", porque además no solo los papás de la quinceañera gastan un montón, no, además los pobres chamacos que tienen el honor de ser nombrados los chambelanes de la "princesita" y tienen que hacer un gasto fuerte con su traje, independientemente de que a esa edad, a casi todos los jovencitos les da una pena enorme hacer esa clase de ridiculeces, pero me imagino que se ven comprometidos para no desilusionar a la ilusionada. No se por que en estos casos los varones tienen mejor gusto y mas recato que las niñas que quieren ponerse encima todo, como arbolitos de navidad y eligen el vestido mas feo que alguien pudiera ponerse, por lo que les digo anteriormente, porque son niñas todavía que quieren vestirse como adultas, pero como adultas de la "buena vida" y pretenden hacerse el peinado mas exótico del mundo y ponerse el maquillaje correspondiente a quince años anteriores que no usaron; es como si hubiesen estado reprimidas por 15 años y de pronto las dejaran hacer todo lo que quieran (espero que me entiendan porque ya estoy cantinfleando).
Bueno, normalmente en las fiestas de XV años,
se divide el salón a la mitad, un lado para los jóvenes y
el otro lado para los papás de los muchachos y los papás
de la festejada se aseguran de que a los chavos NO se les vaya a servir
alcohol (perfecto, eso no lo critico), pero lo que me parece divino, es
que se eligen dos menús diferentes, uno de mayor calidad para los
adultos y uno mas "piojito" para los chamacos, incluyendo las botanas.
A los adultos les dan cosas mas elaboradas, plato servido, etc., y a los
muchachos "papas", sandwiches o tacos, "al fin que eso es lo que les gusta"
como si ellos no fueran merecedores de la otra comida o los tacos no estuvieran
tan buenos como para dárselos a los adultos también (¿?).
La parte culminante de la fiesta, es cuando
la chamaca, la festejada, hace su numero de baile con sus chambelanes y
tooooodos los presentes tienen que soplarse el numerito que algunas veces
hasta pasos aventados tiene como que el chambelán la levante por
los aires y hagan giros arriesgados... mis chulas... me da pena ajena
ver el ridículo que hacen y todos los invitados terminan diciendo
"qué bonita...", "que bien lo hizo...", de verdad que una invitación
a una fiesta hace maravillas.
¿Y el pastel? ah si, el pastel, mientras
mas recargado sea, mejor, mientras mas flores rosadas (color rosa para
los huaches) tenga, más contenta va a estar la festejada.
¿Por qué?, ¿qué relación tienen las
fiestas de XV años con el color rosa?, ¿será porque
a esa edad todo lo ve uno color de rosa? Y para rematar con broche de oro,
no puede faltar la foto de la asesina, ¡perdón! de la quinceañera,
al dia siguiente en el periódico, con la cara "dulce" que el fotógrafo
le haya sugerido, casi siempre con la carita de lado y la boca entreabierta,
como la de Thalía, para darle el toque "sexy". Ahí
se los dejo.